Julian Dominguez Laperal Copywriting

Si no logras lo que quieres en ventas (o en la vida) es probable que no pienses lo suficiente en los demás

Si lo que quieres es plantear a tus clientes la oferta de sus sueños, aquí lo tienes

La razón de ser de un Constructor de Ofertas

Construyo Escribo y Vendo tus Ofertas

Piensa lo que haces al comprar.

Buscas en Internet: información, opiniones, chollos…
Algunas veces lo encuentras y pulsas al botón.
Al poco tiempo llaman al timbre. Aquí está, ya lo tengo. Genial.

O curioseas en una tienda.
Se acerca un dependiente y le dices:
“Solo estoy mirando, gracias”.

Después estás a punto de decidirte y tienes dudas.
Ahora, que lo necesitas, no aparece el dichoso vendedor.

En cambio, si te atienden bien, con una sonrisa, aclarando todas tus dudas, con buenos consejos… acaba siendo una experiencia gratificante.

 

Me acuerdo, más o menos, lo que me contaba una amiga.

“Lo compré en esa boutique tan mona que abrieron el mes pasado.
Buscando algo de unos 150 euros.
Al atenderme, Estefanía me hizo algunas preguntas.
Y luego me recomendó este basándose en mis gustos.
Lo acabé comprando. Solo por 270.”

Bajando un poco la voz.
“Porque aproveché el descuento de fin de colección.”

Luego añadió son una sonrisa.:
«Ya sabes que detesto a los vendedores, pero Estefanía es distinta.
Se preocupa por mí y se molesta en buscarlo.»

 

Nos encanta comprar. Odiamos sentir que nos están vendiendo.

 

¿Qué ocurre cuando pasas de comprador a vendedor?

Es lícito que te platees…

Cómo vendes más,
con menos esfuerzo y
cobrando el precio que te mereces.

Pero.

¿Aplicas lo que conoces, sientes y padeces como comprador cuando vendes a los demás?

La (casi) olvidada regla del 40–40–20

La respuesta para enfocar tus esfuerzos.

El 40% al mercado.
Comprendes a las personas que atiendes, sus sufrimientos, luchas, anhelos, ilusiones…

Estefanía, sin lugar a dudas, se centró primero en esto.

El siguiente 40% a tu oferta.
Creas una propuesta que tu mercado objetivo no puede resistirse a comprar.

Estefanía puso delante de mi amiga lo que le gustaba.
Mejor aún, lo que deseaba.

El 20% final para vender.
Si le das lo que quieren, te será fácil ingresar tus euros.

Estefanía cerro sin dificultad la venta pasando por alto el precio.
Es más, si se hubiera centrado en el presupuesto de mi amiga, puede que ningún bolso fuera de su gusto.
Y habría perdido la venta.

Estefanía es una buena vendedera.

 

Dicho de otra manera, si concentras el 80% de tu esfuerzo en vender, puede que solo consigas el 20% de los resultados (o menos).

Porque.

Si te centras en vender más, vendes menos

Olvídate de prácticas de vendedor cutre, que son las mimas que detestas que te apliquen a ti.

Ponles, delante de sus narices, un buen trato.

A eso me dedico, a ser un…